Granada, situada en el corazón de Andalucía, es un paraíso natural para los amantes del senderismo. Con paisajes únicos que combinan montañas majestuosas, antiguas rutas históricas y cañones impresionantes, esta provincia ofrece opciones para todos los niveles de excursionistas. Desde suaves caminatas por desfiladeros hasta desafiantes ascensos a las cumbres más altas de la península ibérica, Granada os garantiza una experiencia inolvidable en cada paso.
Si estáis buscando un lugar donde conectar con la naturaleza, Granada es perfecta en cualquier época del año, pero es especialmente mágica en otoño. Durante esta estación, los paisajes se transforman con tonos dorados y ocres, ofreciendo un espectáculo visual que acompaña cada ruta. Los senderos os permitirán explorar valles escondidos, cruzar ríos y alcanzar miradores con vistas que quitan el aliento.
Tanto si buscáis una aventura tranquila o un reto más extremo, Granada os espera con una amplia variedad de rutas que invitan a descubrir la diversidad natural y cultural de esta joya andaluza. ¡Calzaos vuestras botas de montaña y preparaos para explorar este destino de ensueño para el senderismo! A continuación, os presentamos cinco de las rutas de senderismo más emblemáticas de la provincia.
1. La Vereda de la Estrella
Dificultad: moderada
La Vereda de la Estrella es una de las rutas más icónicas de Sierra Nevada y un destino clásico para los amantes del senderismo en Granada. Este recorrido circular de aproximadamente 17 kilómetros ofrece un paisaje impresionante, especialmente en invierno, cuando las cumbres nevadas añaden un toque mágico al entorno.
El punto de inicio se encuentra en la confluencia de los ríos Genil y San Juan, subiendo por la ladera del río Genil hasta llegar a las minas y el refugio de Cueva Secreta. Para acceder, es necesario atravesar el pintoresco pueblo de Güéjar-Sierra hasta llegar al Restaurante Barranco San Juan, donde se puede dejar el coche en un pequeño aparcamiento.
A lo largo de la ruta, encontrareis varios puntos de interés. Uno de los más destacados es el castaño centenario conocido como «El Abuelo». También disfrutareis de vistas espectaculares de las montañas de la Alcazaba y el Mulhacén, las dos cumbres más altas de la península. Además, se pueden observar las antiguas minas de la zona. Para los más aventureros, existe una opción de desviarse hacia los Cortijos del Hornillo, donde tendréis impresionantes vistas del Pico Veleta antes de regresar por el sendero de las Casas de la Hortichuela.
2. Los Cahorros de Monachil
Dificultad: moderada
Otra de las rutas más populares de Granada es la de Los Cahorros de Monachil, una experiencia que mezcla naturaleza y aventura. Este recorrido, de unos 7 kilómetros, sigue el curso del río Monachil, atravesando un bosque ribereño de gran belleza y varios puentes colgantes. El más largo y famoso de estos puentes, situado junto a una cascada, ofrece una experiencia emocionante para los senderistas.
La ruta se puede iniciar desde dos puntos. El primero, El Puntarrón, está en la parte alta de Monachil, mientras que el segundo, el Sendero del Río, en la parte baja, es el más popular y pintoresco. Durante el camino, tendréis la oportunidad de explorar zonas de escalada y disfrutar de impresionantes vistas. La ruta también pasa por la Cueva de las Palomas, una formación rocosa singular encajada entre dos paredes.
A lo largo del recorrido, os encontraréis con tramos equipados con barandillas y cables que facilitan el avance por las zonas más complicadas. Esta es una ruta ideal para quienes buscan una experiencia variada, en la que la naturaleza y la aventura se entrelazan en un paisaje espectacular.
3. Ruta del Barranco de Poqueira
Dificultad: moderada
La Ruta del Barranco de Poqueira es un recorrido circular de unos 11 kilómetros que conecta los pintorescos pueblos alpujarreños de Pampaneira, Bubión y Capileira, situados en la Alpujarra Granadina. A lo largo de esta caminata, los senderistas disfrutan de espectaculares vistas del Mulhacén, el pico más alto de la península ibérica, mientras atraviesan los tradicionales pueblos blancos con sus características «terraos» planos y balcones floridos.
El sendero serpentea entre paisajes de castañares centenarios y antiguas acequias moriscas, ofreciendo una combinación única de historia y naturaleza. El recorrido está salpicado de pequeños puentes sobre el río Poqueira, así como de saltos de agua y frondosos bosques. Es una ruta exigente, pero muy pintoresca, especialmente en otoño e invierno, cuando el paisaje adquiere una atmósfera única.
Esta ruta es ideal para aquellos que buscan una inmersión completa en la cultura y naturaleza de la Alpujarra, mientras disfrutan de un recorrido que alterna entre zonas soleadas y sombreadas, lo que lo convierte en un destino perfecto en cualquier estación.
4. Pico del Mulhacén
Dificultad: alta
La ascensión al Pico del Mulhacén es un desafío que todo amante del senderismo debería experimentar. El recorrido clásico parte de La Cebadilla y sigue hasta el Refugio de Poqueira, lo que permite dividir la caminata en dos jornadas. El primer día, tras cruzar puentes y cortijos abandonados, se sigue el curso del Barranco de Poqueira hasta el refugio. Este tramo inicial presenta un desnivel de 600 metros y lleva unas 4-5 horas de caminata.
El segundo día comienza con el ascenso al Mulhacén por el Barranco del Mulhacén, siguiendo su margen derecho hasta el Refugio de la Caldera. Desde aquí, una empinada subida de 2 kilómetros os llevará a la cima del Mulhacén, a 3.482 metros sobre el nivel del mar, el punto más alto de la península ibérica. Las vistas desde la cima son impresionantes, con el mar al sur y las montañas de Sierra Nevada a vuestro alrededor.
El descenso sigue la Loma del Mulhacén, con una opción de bajar campo a través para los más aventureros. Esta ruta no solo es un reto físico, sino también una experiencia visual inigualable.
5. Barranco de la Luna
Dificultad: moderada
El Barranco de la Luna, ubicado en el Valle de Lecrín, es una ruta corta pero espectacular, ideal para los amantes del senderismo acuático. Este recorrido de unos 4 kilómetros discurre por una garganta de 700 metros excavada por el agua, con paredes estrechas y altas que apenas permiten el paso de la luz del sol, creando un efecto visual impresionante.
La caminata sigue el cauce del río, por lo que en varios tramos será necesario caminar dentro del agua. Esto la convierte en una ruta perfecta para los meses calurosos de primavera y verano. En el recorrido, es común encontrar fósiles incrustados en las paredes erosionadas, lo que añade un toque histórico y geológico a la experiencia.
El punto de inicio se encuentra en el cementerio de Saleres, y el trayecto continúa por caminos entre frutales hasta alcanzar el río. Aunque es una ruta corta, el encanto del entorno os invitará a deteneros en varios puntos para disfrutar del paisaje. La ruta finaliza al salir del barranco por unos escalones tallados en la roca y continuar andando hasta regresar al punto de inicio.